Importante
La violencia doméstica afecta negativamente al desarrollo de los niños y adolescentes, incluso si la violencia no se dirige directamente a ellos. Algunos sufren en silencio, otros muestran diferentes síntomas. Por ejemplo: dificultades en la escuela, mojar la cama, dolores de cabeza, trastornos alimentarios o del sueño, problemas para socializar con los compañeros o agresividad.